En el Día de la ira el tiempo acabará. El sonido de la tuba llegará a cada uno de los sepulcros de la Tierra convocando a los resucitados a su juicio. Se abrirá el libro donde todo está escrito; lo escondido saldrá a la luz y no quedará nada sin castigo. El Juez será estricto en su veredicto, sentará a sus derecha a los bendecidos por su perdón... y arrojará a las llamas eternas a los malditos.
Es el mensaje del Dies Irae, un canto medieval que sobrevive como himno de la muerte después de más de cuarenta generaciones. A través de los pasillos de la Bishop Strachan School de Toronto, y con al colaboración de intérpretes de fagot, tuba, piano, arpa y cuatro monjes de canto, el músico y escritor Tom Allen sintetiza la Historia musical de la muerte mediante varios fragmentos clásicos.
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