Cuesta trabajo resistirse a la inercia de la renovación a toda costa, muchas veces sin ser conscientes de que ciertas actualizaciones ocultan una merma importante de calidad. Así, más de uno abandonó su cadena HIFI en favor de una minicadena que ocultaba en sus tripas los componentes de un radiocasete, esta por un sistema digital no mucho más sofisticado en especificaciones técnicas que un viejo aparato de radio portátil, para acabar escuchando la música en vídeos de Youtube a través de su teléfono móvil. Que algo sea nuevo no significa que sea mejor. Puede ocurrir que las compras que realizamos para acceder a las nuevas fuentes de sonido nos proporcionen aparatos técnicamente inferiores si no medimos nuestros pasos. Un sistema modular nos permite integrar todos los componentes y sustituir solo aquellos que se averíen o que sean mejorables. Merece la pena ajustarse a este esquema de conjunto siempre que sea posible. No tiene sentido que arrinconemos nuestro viejo sistema de bafles y amplificador mientras escuchamos la música a través de los minialtavoces de baja calidad del televisor, del móvil o del ordenador.
En un lugar destacado y con proyección acústica
Un sentido oportunista de la estética ha favorecido que desaparezcan de muchos hogares elementos tan nobles como los libros o los aparatos musicales de siempre, pero un criterio más prudente nos indica que podemos sacar buen partido de aquello que resulta funcional, exhibe buen gusto en el diseño y calidad en su construcción. Hemos de tener muy presente que las principales mejoras sonoras que podamos llevar a cabo en nuestra casa pueden ser más el fruto del esfuerzo propio que de un golpe de cartera. Si ya contamos con amplificador y cajas acústicas, podemos dar el paso a la integración del sistema. Una vez dispuestos a ello, deberemos pensar que su disfrute depende de que le otorguemos un lugar destacado visualmente y con proyección acústica hacia el resto de la casa, con los altavoces ocupando los laterales de una pared frontal y la pantalla de televisión centrada. Hay que tener en cuenta que su arrinconamiento limitará el buen sonido a un área concreta del salón, perdiendo nitidez y equilibrio de frecuencias si, llegado algún día el fin de la cuarentena, pretendemos ampliar su radio de acción y abrir la escucha a un mayor número de personas que el habitual.
Con las cajas acústicas bien situadas.
De poco vale contar con altavoces de calidad si, como ocurre frecuentemente, su ubicación no es correcta. Lo ideal es colocarlos lateralmente a una posición equidistante del punto central de escucha, jamás esquinados o ajustados al techo, con una distancia suficiente de la pared como para evitar el rebote de graves, a la altura del oído en el estado más habitual de escucha, una proyección al mismo en la medida de los posible triangular, y sobre unos soportes que minimicen las vibraciones. Si compramos pies para los altavoces deberemos cerciorarnos de su solidez y, en caso de colocarlos en estanterías, podemos aislarlos del resto de los elementos empleando unas simples
almohadillas de aislamiento, eficaces incluso para evitar su impacto en el reproductor del cd o el plato. Tanto a o más que los propios altavoces, determinarán la acústica del conjunto las dimensiones de la habitación, su forma, la disposición de los elementos, los materiales de construcción e incluso el mobiliario, siendo siempre de agradecer madera y tejidos que sirven como absorbentes acústicos.
Una conversión de calidad.
Las conexiones de nuestro amplificador serán en número y tipo las propias del momento de su fabricación. Puede tener entrada o no para giradiscos, solo conectores RCA, incorporar entrada para HDMI, USB para mp3 u otros formatos de audio y, solo si es reciente, entradas USB para reproducir la salida del ordenador, digital coaxial, óptica o bluetooth integrado o externo. En el caso más frecuente de que la conectividad entre los elementos no se pueda realizar directamente, puede emplearse un DAC como puente. Su misión es procesar las señales digitales y convertirlas en analógicas. Nuestro aparato deberá contar al menos con una entrada para cada uno de los elementos digitales que queramos integrar en el sistema, así como una salida RCA para enviar las señales al puerto auxiliar del amplificador. Así, por lo general, una entrada óptica digital para la smart TV (ocasionalmente también digital coaxial), otra USB para el ordenador y, en su caso, una conexión inalámbrica bluetooth para el smartphone y la tablet. Una vez conectados al DAC, será este el encargado de procesar el sonido de las diversas fuentes, por lo que es recomendable invertir en un aparato de calidad. Será aconsejable también emplear el DAC para convertir la señal digital del reproductor del CD, siempre que este disponga de señal digital o coaxial óptica en el panel trasero y estimemos que el DAC lo supera en resolución y precisión (en caso contrario, lo conectaremos directamente al amplificador por su salida RCA).
Espacio para el vinilo.
Si se dispone de un giradiscos, no tiene sentido dejarlo fuera del sistema, sino otorgarle el lugar destacado que por dignidad le corresponde. No estará de más echar un vistazo a las cápsulas más recomendadas del momento y será necesario adquirir un preamplificador phono si nuestro tocadiscos carece de salidas de línea o digitales y nuestro amplificador de la entrada específica para esta fuente. Hay que recordar que en este caso la inversión repercute muy directamente en la calidad del sonido, siendo este amplificador de señal el elemento clave, junto a la cápsula y la aguja, para sacar del vinilo su máxima fidelidad.
Aspiraciones de un sonido a lo grande
Quién sabe. Puede ser el momento para dar el paso y adquirir un amplificador y unas cajas acústicas a lo grande, si es que aún no te ha tocado la gran crisis o prefieres liarte la manta a la cabeza. A la hora de mejorar los componentes de la cadena, veo que lo más conveniente es renovar inicialmente lo más palpable en el sonido: las cajas acústicas, continuar con el amplificador y acabar con lo menos determinante: las fuentes de sonido (reproductor cd, ordenador, etc.). Todo ello, claro está, invirtiendo en cuanto se pueda en conexiones y cables de calidad. Los precios audíofilos no tienen techo, pero caben mejoras significativas desde precios relativamente modestos.
Posibilidades de pequeños sistemas autónomos
No es imprescindible adquirir un amplificador cuando no se cuenta de antemano con uno, el presupuesto no llega, o las dimensiones o el mobiliario no lo permiten. Una buena alternativa es el empleo de altavoces de estantería autoamplificados. Los hay a diversos precios, partiendo de tamaños pequeños y, a pesar de ello, con con gran calidad de sonido, amplia conectividad y mando a distancia funcional. Según los modelos permiten integrar en distinta medida fuentes como el tv, el ordenador, la tablet, el pc o cualquiera otras analógicas desde RCA o mini jack. También es posible lograr la integración empleando unos monitores autoamplificados versátiles para su uso con ordenador o sesión dj. Para adaptarnos a sus conexiones, más limitadas, deberemos utilizar como puente un DAC con las entradas digitales correspondientes y, ya puestos, con mando a distancia para control de tonos y volumen.
Y opciones independientes
Aunque cualquier punto de la casa es bueno para escuchar música, no es necesario invertir en costosos sitemas
multi-room que no siempre garantizan las mejores prestaciones sonoras. Cabe el empleo de pequeños altavoces autoamplificados u otros sistemas de pequeñas dimensiones. Además, a falta de una buena cadena central, y aunque no siempre llegue el presupuesto a lo que uno quisiera, tenemos la opción de adquirir aparatos funcionales, equilibrados y de buena construcción, partiendo de precios relativamente bajos. Podemos disfrutar de un sonido placentero con diversos modelos bluetooth que superan ampliamente las expectativas que generan su precio, también lograr mejoras significativas si repensamos nuestros sistemas de conexión digital. Así, si hacemos mediar un DAC USB entre nuestro pc y sus altavoces o auriculares, o si llevamos al altavoz bluetooth el sonido de nuestro ordenador, tv, etc, mediante un sistema de transmisión inalámbrica con las adecuadas características técnicas.
A continuación:
Algunas referencias (abril 2020):