► Mis villanos favoritos
Fueron detenidos en mayo por llevar hasta Teherán ese baile callejero que Pharrel Williams paseara, a finales del año pasado, por las calles de Los Angeles. Las chicas olvidaron colocarse el velo y todos ellos, en su entusiasmo, propasaron el límite de lo que ha de ser una manifestación socialmente aceptable de felicidad. Su versión fan de Happy tuvo un efecto viral y al poco sobrepasó las 150.000 visitas en la red. El revuelo social llevó a la actuación judicial, que califica al vídeo en su reciente sentencia de obsceno e inmoral. Afortunadamente para ellos, el presidente iraní tomó partido pidiendo indulgencia y, finalmente, todo ha quedado en un susto y un tirón de orejas, escenificado en una manifestación pública de magnanimidad: en un show de la Tv pública iraní, un mando policial les reprocha haber elaborado un vídeo vulgar que atenta contra la castidad pública y ellos, cabizbajos, aseguran que no sabían que la grabación casera trascendería al ciberespacio.
Ahora tendrán que comportarse bien durante los tres años en los que quedan en suspenso la sentencia. Y todo apunta a que así será ya que, si vuelven a ser malos, tendrán que apechugar con los seis meses en prisión y noventa y un latigazos que les corresponde a cada uno.
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