Ubicados en una playa de Mallorca, entre veraneantes que broncean sus cuerpos al sol y disfrutan de los placeres del baño, Los de Papá Topo vacían su cabeza de contenidos para entregarse a la ensoñación de un crucero que los conduce a la Isla de los helados; un auténtico paraiso concebido para el consumo sin límite de estos productos congelados elaborados a base de colorantes y saborizantes artificiales . Es el argumento empleado por esta ocasión por Lluís Prieto para dar forma a Lo que me gusta del verano es poder tomar helado, el último lanzamiento de Papá Topo. Pero hay que tener cuidado con el reclamo y poner control a la ingesta de esas golosinas. A veces se repiten.
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