La compañía YouTube ha anunciado por fin el lanzamiento de su servicio de suscripción de pago,
YouTube Music Key. Lo hace tras dar por zanjada una disputa con una serie de sellos independientes que se quejaban del trato abusivo que supuestamente se proponía para las pequeñas discográficas en relación con los beneficios derivados del mismo y, por la amplia repercusión del YouTube gratuito, la amenaza mediática que les supondría quedar fuera del acuerdo. Ahora es el mismo Billy Bragg, el más destacado representante de la protesta, quien se anuncia entre los artistas incluidos en la que será la amplia parrilla de esta compañía propiedad de Google. Como en otros servicios de pago, en este momento se asegura un reparto de beneficios proporcional al número de reproducciones.
Entre las novedades del nuevo servicio se anuncia la posibilidad de descargar legalmente los vídeos para su visualización fuera de línea, algo que de momento se limitará a smartphones y tables con sistemas Android o Apple. El sistema combinará su inmenso catálogo de vídeos, un catálogo que se promoverá y en el que se incluirán archivos no accesibles en la versión gratuita de YouTube como conciertos, rarezas, etc., con un amplio directorio de archivos de audio, con un listado inicial de 30 millones de canciones. Resulta evidente que su lanzamiento constituye, en este sentido, una amenaza directa para el líder en la distribución musical, Spotify, en la actualidad con más de 22,5 millones de usuarios de pago y que se verá obligado a lanzar contraofertas ventajosas a fin de mantener la fidelidad de sus usuarios.
Otros detalles técnicos de YouTube Music Key encajan en el sistema que ya proporciona actualmente YouTube de modo gratuito para vídeos o Spotify para pistas de audio: posibilidad de crear listas propias, botones de canción próxima, anterior o repetición, así como recomendaciones basadas en algoritmos de uso. En cuanto a la calidad, se anuncia un sistema de alta calidad de audio y vídeo, lo que permite suponer vídeos a 1080p y sonido a 320 Kbps, tal como ofrece Spotify a los usuarios premium.
En principio se trata de un servicio que viene a respaldar un modelo de catálogo casi universal y de alta definición asequible, un modelo del que muchos representantes de las compañías musicales siempre recelaron, combinado con un amplio repositorio de recursos musicales gratuitos, disponibles con menor comodidad y publicidad, muchas veces suficiente para quien no quiere o no puede pagar un dinero extra por el consumo musical. La gran duda, eso sí, surge en relación con e tradicional servicio prestado por YouTube en su versión gratuita, ya que el temor a un recorte que presione al usuario para suscribirse al servicio de pago está más que justificado, aunque el riesgo a la competición y la pérdida del liderazgo en un sector de millonarios dividendos publicitarios pueda servir de apoyo al usuario con menos recursos. En este sentido sería interesante ver los pasos que seguirían compañías más independientes como Vimeo.
Si quieres participar en la experiencia piloto, puedes solicitarlo en la página oficial de
YouTube Music Key. Enviando tu correo electrónico, te avisarán del alta del servicio en tu país y te darán la opción de una suscripción promocional anunciada en principio a 7,99$ mes(unos 6,5€). El precio final, según anuncia la BBC, será de unos 9,99£, esto es, unos 12,6€.