►Roses for the dead
Mientras muchos pretenden expulsarla de este entorno real de consumo y bienestar y relegarla a un mundo fantástico de zombies y fantasmas, el londinense Sam Howard (Halls), a sus veintiún años, no tiene reparos en señalarla directamente delante de todos. Es este motivo clásico y tenaz, la muerte, el que inspira las once canciones de Ark, su álbum de debut. Se emplea en ello cantando en tono apesadumbrado e interior, arropado ocasionalmente por coros, y con texturas elaboradas a base de teclado y unos añadidos digitales que dan como resultado un pop con momentos ambient y dubstep. El punto clásico lo ponen el piano y varias grabaciones, elaboradas en iglesias y conservatorios de los alrededores de Londres, a las que él acopla desarrollos que acentúan, aun más, su tensión dramática.
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