El disco da para doce singles, uno para cada corte del disco homónimo de presentación de The Drums. Y es que estos chicos lo tienen todo: no solo viven en Nueva York, sino que por supuesto residen en el artístico Brooklyn, lucen cortes de pelo modernos, visten super cool -fíjate bien en la magnífica cazadora roja de Jonathan Pierce-, hacen exhibición de elegancia en el baile, y son los creadores del sonido más trendy del momento. Pero como humanos que son, también tienen sus preocupaciones, y dan cuenta en sus letras de esas pequeñas incertidumbres que ensombrecen una relación sentimental cuando uno recibe por todos lados muestras de cariño y admiración: Oh cariño, pensaba que ya me habías perdonado, que todavía me querías. ¿No me necesitas? ¡Lo quiero para siempre! Es una noche hermosa con la luna en el cielo e -oh, con esa mirada en tus ojos e- oh, pero aún duermes dándome la espalda, ¿somos tu y yo o esto no es realmente nada?
Es muy probable que tus preocupaciones sean distintas, pero seguramente te servirá para dejarlas a un lado por un momento la escucha esta irresistibe canción que es el Me and the Moon de The Drums.
Es muy probable que tus preocupaciones sean distintas, pero seguramente te servirá para dejarlas a un lado por un momento la escucha esta irresistibe canción que es el Me and the Moon de The Drums.
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